La ciencia consiste en la búsqueda, construcción, adquisición y organización del conocimiento, basadas en la experimentación y el razonamiento lógico, así como la difusión, publicación y validación de los resultados.
Desde
mi punto de vista, y tal como lo indica la introducción del libro “Cienciometría:
la medición de la actividad científica, de la bibliometría a la vigilancia
tecnológica”, la evaluación de la actividad científica de hoy en día se
centra en el análisis cuantitativo. Así surge el fenómeno conocido como “carrera
por el paper”, donde la presión por publicar supone una distorsión del propósito
original de la investigación: la generación de conocimiento sólido y útil. Pérez
Álvarez-Ossorio comenta en su libro “Introducción a la información y
documentación científica” que la proliferación de artículos científicos ha
alcanzado cifras que desafían la capacidad de asimilación y análisis por parte
de la comunidad investigadora.
Teniendo en cuenta la cantidad de disciplinas y líneas de investigación que existen hoy en día, ¿utilizar criterios cuantitativos es una opción sensata? En el caso de disciplinas como la geología, la investigación implica una fuerte componente experimental y de trabajo de campo. La generación de datos fiables, el análisis riguroso de información o la replicación de experimentos, requieren tiempos largos que no siempre permiten un flujo constante de publicaciones. No obstante, la carrera científica está anclada a valores numéricos que ignoran este tipo de particularidades.
Ruy Pérez Montfort habla sobre la necesidad de diversificar las formas de difusión de la investigación, y sugiere que los congresos podrían enriquecer cualitativamente la evaluación de la carrera científica. No obstante, ello tiene un reconocimiento limitado frente al factor de impacto u otros índices bibliométricos.
La presión por publicar resultados de forma continua y rápida se ha convertido por tanto en un factor clave a la hora de tomar decisiones dentro de la investigación científica. En muchos casos, ello puede priorizar experimentos de corta duración frente a investigaciones más largas y complejas, aunque estas tengan la capacidad de generar conocimiento más novedoso y significativo.
Conseguir que la ciencia siga siendo ciencia depende de la recuperación de la calidad como eje central de la investigación, por ello considero que la cienciometría debería ser una herramienta de apoyo pero no un fin en sí mismo. Cada muestra analizada y cada experimento realizado en el laboratorio aportan un conocimiento muy valioso que no siempre es visible en las métricas actuales. Por ello considero que la labor de un investigador debería reconocerse más allá de la cantidad.
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